Hace tiempo que se dice que visitar China desde Occidente es como aterrizar en un universo paralelo. No importa qué ciudad importante escojas; la mayoría de los aspectos te resultarán familiares, pero los fundamentos son diferentes. No se puede llamar a un Uber ni utilizar Google Maps para desplazarse, y la televisión del hotel no tiene Netflix. En su lugar, siempre hay una alternativa doméstica. Una que probablemente sea más nueva, más grande, más rápida y quizá incluso mejor que a la que estás acostumbrado en tu país.
